
¿Cuántos no han recetado el uso de TENS para dolor musculares?
La revista Pain Practice (Fact. Imp: 2’495) nos trae un artículo sobre la otra cara de esta moneda. La estimulación de nervios periféricos con TENS puede alterar el “output” motor del músculo: la fuerza. 36 participantes se aleatorizaron en tratamiento con TENS, TENS placebo, y grupo control tras haber completado un protocolo estandarizado de dolor muscular de inicio retardado (DOMS). Se midió la fuerza del hombro, el dolor, la sensibilidad al dolor mecánico, y la discapacidad. Recibieron los grupos con TENS (tratamiento y placebo) 90 minutos del mismo, a las 24, 48 y 72 horas después del DOMS; siendo evaluados diariamente.
En comparación con el grupo control, la fuerza se presentó reducida en el tratamiento con TENS y TENS placebo. El grupo de aleatorización explicó el 5,6% de la varianza de la fuerza. Independientemente del grupo de aleatorización, el dolor explicó el 8,9% de la varianza de la fuerza dentro del sujeto; y la discapacidad explicaron el 3,3% de la varianza entre la fuerza del sujeto.
Concluyendo:
Que el TENS activo y el placebo dieron como resultado una inhibición de la fuerza prolongada, los resultados no fueron significativos para el dolor. Los resultados indicaron que un mayor dolor y una mayor discapacidad se relacionaron independientemente con la disminución de la fuerza. Independientemente del impacto sobre el dolor, la TENS, o incluso la percepción de la TENS, puede actuar como un nocebo para la producción motora.
¿Qué opináis vosotros sobre el empleo de TENS? ¿Os es útil?